Caminar por las calles de
nuestras ciudades es una aventura sin igual, los elevados índices de asaltos
demuestran la poca capacidad que han tenido las autoridades correspondientes
para afrontar este mal que nos agobia, y que día tras día es responsable de
muchas muertes.
Perder el dinerito que puedas
tener en la cartera, tu laptop, celular, reloj, etc., no se compara a las
penurias que debe pasar el ciudadano para obtener los documentos ultrajados,
ahí se nota la ineficiencia de nuestras instituciones, la falta de actualidad
en cuanto a la tecnología, la miseria en cada “buscón” fuera de las oficinas que
pretende hacer su “nochebuena” ofreciéndote obtener tus documentos de forma
rápida, demostrando con esto la complicidad e ineficiencia de las oficinas
públicas, la falta de preparación de muchos empleados y la vida fácil que
centenares de “padres de familias” (buscones) quieren vivir sin dedicarse a
obtener un trabajo digno.
Lo señalado anteriormente, es el
mejor de los casos, ya que la mayoría de asaltos terminan en hechos
lamentables, por lo que es necesario que la ciudadanía aprenda a actuar en el
momento de ocurrirle este suceso, es el colmo, pero es la realidad, es mejor aprender
a sobrevivir a un asalto, que pretender que las autoridades hagan mejor su
trabajo de prevención.
¿Cómo se explica que haya tanta
delincuencia en nuestro país? La respuesta puede que parezca fácil, pero no lo
es, y es que hay que partir de las entrañas mismas del pueblo, allí en sus
barrios vemos el porqué estos acontecimientos ocurren.
En la actualidad, la mayoría de
lxs jóvenes están tomando como modelos a
seguir, personalidades que no representan mucho en cuanto a valor, principio y
moral.
Es notoria la gran influencia que
ha conquistado en nuestra juventud la música urbana, aquella que no tiene
mejores letras que recomendar el ultrajo de la mujer o el medio fácil de
obtener el dinero. Con esto no queremos decir que no apoyamos la diversidad en
el género musical o las nuevas formas de expresión, lo que criticamos es los
malos ejemplos que dan muchos de sus exponentes en sus letras y
comportamientos.
Factores tan variados como
diversos son los responsables de muchos hechos delictivos, acompañados y
responsables en cierta medida de otros más, como la falta de orientación de
muchos padres como forma de no asumir sus responsabilidades en la familia, la
poca calidad en la educación pública, el poco incentivo al estudio, el
desempleo, elevado costo de la vida, los embarazos en las adolescentes, dando
este último como resultado, que un niñx tenga otro niñx, es decir que un individuo
que no ha aprendido las cuestiones básicas y elementales de la vida, deba
también ser el responsable de una inocente vida.
Todo esto nos lleva a preguntar: ¿qué
está pasando en nuestra sociedad? Cómo podemos evitar que estas cosas sigan
sucediendo? ¿Qué estoy haciendo yo como ciudadano para evitar que las
estadísticas sigan aumentado? ¿Asumo mi rol eficientemente como padre, como
joven, como empleado, como compañero, como amigo?
Debemos hacer todo lo posible por
evitar que muchas vidas se sigan perdiendo, que muchos jóvenes sigan cayendo en
las garras de la delincuencia como víctimas o victimarios, es necesario
rediseñar las políticas que van orientadas a la prevención de estos males,
reevaluar las causas que están provocando que el dominicanx se sienta inseguro
hasta en su propia casa.
Y no es que haya más patrullaje,
es que se eduquen a los policías, que se le asignen sueldos dignos (muchos
actos delictivos han sido encabezados por policías o miembros de las fuerzas
armadas); que se mejore la educación pública, permitiendo con esto que muchos
de esos jóvenes victimarios puedan ser de utilidad para la sociedad, pudiendo ser
buenos técnicos, brillantes profesionales; pero para esto es necesario también
contar con trabajos dignos, con mejores incentivos a las industrias como forma
de estimular el empleo, con mejores políticas públicas.
Es pertinente que los padres
asuman mejor su responsabilidad como jefes de familias, que monitoreen mejor lo
que sus hijxs puedan estar haciendo y con quienes lo hacen.
Urge que los Gobiernos, tanto el
central como los municipales, diseñen programas que permitan a los padres
adolescentes asumir mejor su rol en la familia, y que a la vez las
instituciones responsables diseñen otros como forma de evitar el aumento de los
embarazos en las adolescentes.
Es que sentir el frío hierro de
un arma de fuego en tu cuello o espalda y escuchar la temblorosa voz de un
joven bajo los efectos del alcohol o las drogas decirte: “no te muevas, esto es
un asalto” y quedar vivo para contarlo, da mucho qué pensar. ¿Qué nos puede
decir querido lector al respecto?
“Cuando las miserias morales asolan a un país, culpa es de todos los
que por falta de cultura y de ideal no han sabido amarlo como patria: de todos
los que vivieron de ella sin trabajar para ella”. #JoséIngenieros
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